No pudo ayudar a su amiga: La noche de fiesta que se convirtio en pesadilla en Jet Set

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No pudo ayudar a su amiga La noche de fiesta que se convirtio en pesadilla

Carwin Javier Molleja y su madre estaban en la discoteca que se derrumbó en Santo Domingo.

Carwin Javier Molleja, un percusionista venezolano de 32 años que ha vivido en República Dominicana durante ocho, esperaba pasar una noche de celebración junto a su madre en la discoteca Jet Set de Santo Domingo.

Tras tres años sin verla, había invitado a su madre al «Lunes de merengue», donde el famoso Rubby Pérez se presentaría. «Mi mamá es fanática de él», cuenta Carwin, quien se había asegurado de conseguirle una invitación a través de un amigo de la orquesta.

Carwin solía frecuentar Jet Set por su trabajo y nunca había notado problemas en la estructura del lugar. «Era un sitio con estilo, ideal para bailar y disfrutar de grandes artistas», recuerda. Sin embargo, alrededor de la 1 de la mañana, mientras bailaba con su madre, algo inesperado sucedió. «Sentí que algo caía del techo, pero no pensé que sería grave», explica.

En un instante, el techo se desplomó. «Todo pasó muy rápido», relata Carwin. Instintivamente, cerró los ojos y abrazó a su madre. «Recuerdo los gritos, el ruido fuerte del colapso y a mi mamá preguntándome si estaba bien», dice.

Ambos fueron golpeados por los escombros, pero afortunadamente no sufrieron heridas graves. Tras recuperar la calma, Carwin buscó una salida y encontró una puerta que nunca había visto. Lograron escapar y se detuvieron en un puesto de comida cercana, donde dejó a su madre sentada. Sin embargo, su preocupación por Jessica, una amiga que había quedado dentro, lo llevó de regreso a la discoteca.

Carwin gritaba el nombre de su amiga, pero no obtenía respuesta. «Me sentía inútil», confiesa, atrapado en un ciclo de entrar y salir del edificio, llamando a los paramédicos y buscando a Jessica. Desesperado, intentó contactarla por su celular, pero pronto dejó de recibir respuesta.

A las 19:00, el cuerpo sin vida de Jessica fue encontrado entre los escombros. Carwin describe lo que sucedió a su alrededor como un «caos total». «La gente estaba descontrolada», recuerda, y vio cómo sacaban a heridos, incluyendo al saxofonista que había estado en el escenario.

Cuando llegaron los servicios de emergencia, Carwin se quedó en el lugar durante una hora y media, esperando ayuda para su amiga. Sin embargo, no vio llegar maquinaria para remover los escombros. Finalmente, regresó a casa, a regañadientes, para cuidar de su madre, que estaba adolorida.

A pesar de haber sobrevivido a la tragedia que dejó más de 200 muertos, Carwin se siente atormentado por no haber podido ayudar a Jessica. «Es horrible no poder hacer nada. Gritaba su nombre, pero no me respondía. Se siente muy mal», concluye.

Historia original en BBC.com

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